A principios de este mes de Agosto algunos compañeros de la colla El Fardatxo Negre nos desplazamos hasta los espacios donde se desarrolló la Batalla del Ebro en 1938, básicamente por tierras de Aragón y Cataluña.
Desde la localidad zaragozana de Caspe, muy cerca de uno de los puntos desde donde se inició la ofensiva republicana, la localidad de Mequinenza, recorrimos estas tierras realizando visitas a los puntos más importantes de la batalla; Gandesa, Corbera d’Ebre, las sierras de Pàndols y de Cavalls, el Pinell de Brai, Vilalba dels Arcs, La Fatarella, etc., parando en los diversos museos, centros de interpretación y espacios recuperados del frente como trincheras y refugios.
A lo largo de cuatro días fuimos visitando algunos de estos enclaves, imposible verlos todos en tan poco tiempo, descubriendo la brutalidad de esta batalla, la más sangrienta de toda la guerra, con cerca de cien mil muertos en solo114 días, de julio a noviembre del 38. Especialmente impactante el estado en que quedó el pueblo viejo de Corbera, prácticamente arrasado por la artillería y la aviación fascista italiana y de la Alemania nazi que se emplearon a fondo en esta cruel batalla de desgaste. A día de hoy todavía se encuentran toneladas de metralla, bombas y restos humanos sembrados por gran parte de las Tierras Altas de Tarragona.
Para finalizar este recorrido, desde Caspe nos acercamos al famoso pueblo viejo de Belchite, escenario de otra importante batalla, para comprobar in situ la devastación que tanto la guerra como la desidia y el abandono posteriores han reducido este paraje a meras montañas de escombros y ruinas que poco a poco se van desmoronando ante la total falta de interés por mantener la memoria de nuestra historia reciente.