Las malas prácticas de convertir a las y los intérpretes musicales en falsos autónomos provienen de la ausencia de presencia sindical y de una regulación adecuada. La forma de conseguir esta regulación es por medio de una negociación colectiva. Para ello las trabajadoras/e deben sentarse a negociar con las empresas correspondientes para conseguir convenios y acuerdos que eviten usos que puedan vulnerar la legislación en materia laboral. Las orquesta públicas lo hacen así y es como se logra un trabajo que se desarrolle en unas condiciones dignas. Como decimos desde hace años, música es trabajo.
Animamos desde la Sección de Música CNT a quienes participen en orquestas privadas a que se organicen sindicalmente. Pronto se convocará una asamblea en Madrid para impulsar este proceso.
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