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DIARIO INFORMACIÓN

Condenado un empresario del calzado de Elda por no pagar la Seguridad Social durante 14 años

La Audiencia le impone una multa de más de dos millones por crear un entramado societario para tratar de eludir sus obligaciones

J. A. Martínez

05 JUN 2025 19:59

La Audiencia de Alicante ha condenado a cuatro años de prisión a un empresario del calzado de Elda por crear un entramado societario para eludir el pago de las cotizaciones de la Seguridad Social de sus trabajadores durante catorce años, según el fallo al que ha tenido acceso este diario. La sentencia considera probado que a lo largo de varios años constituyó diferentes sociedades mercantiles que, en realidad, «formaban un verdadero grupo empresarial de facto«.

Las deudas acumuladas sumaron más de un millón de euros-Todas ellas estaban dedicadas a la fabricación y comercialización de calzado. La sentencia, que no es firme y contra la que cabe recurso, le impone cuatro años por un delito continuado de impagos a la Seguridad Social, así como el pago de una multa de 2.268.127 euros. La resolución le inhabilita para percibir ayudas o subvenciones públicas y el derecho de gozar de incentivos fiscales durante cinco años.

El modus operandi era muy similar. Cada vez que alguna de estas sociedades generaba una deuda importante a la Tesorería de la Seguridad Social que hacía inviable su continuación (al iniciarse la reclamación del impago) se creaba una nueva mercantil. Esta empresa retomaba la actividad volviendo a contratar a una parte relevante de los mismos trabajadores y reutilizando la maquinaria, incluso en la misma dirección. Y, tras acumularse nuevas deudas, vuelta a empezar, con el objetivo de «burlar la vía ejecutiva«. Entre los años 2007 y 2021, se constituyeron hasta cuatro sociedades diferentes, que generaron un impago de cotizaciones sociales cercano al millón de euros.

Testaferro

La sentencia absuelve a un segundo acusado que fue contratado por el principal procesado para figurar como administrador único en una de las mercantiles investigadas. El fallo considera probado que este otro implicado, conocido en el pueblo con el alias de El Lejía, fue puesto al frente de una de estas sociedades durante uno de los años investigados, a pesar de no tener ni conocimiento, ni experiencia en el mundo empresarial y que en ciertas temporadas vivía como un indigente. El empresario le habría pagado una cantidad no concretada para figurar como administrador único, aunque era un testaferro. La Audiencia no ha encontrado probado que este segundo procesado tuviera participación en la mecánica defraudatoria por lo que le exonera de estos delitos.