Seamos Competitivos

Seamos Competitivos

Enviado por Acratosaurio rex en Sáb, 27/11/2021

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Absoluta normalidad en las relaciones laborales

Mientras que los beneficios empresariales vuelven a dispararse en 2021, el Gobierno no deja de mostrar datos económicos que hablan de repunte, recuperación, etc., tras la crisis de la pandemia. Las empresas cotizadas y del IBEX muestran resultados positivos del 5, 10, 15% de beneficios. Pero la patronal no deja de quejarse, y habla de la merma de sus beneficios. Es decir, no es que pierdan dinero de la fortuna que tienen amasada. El problema es que no ganan todo lo que desean, que es incalculable. Levantan el teléfono, hablan con el ministro o ministra de turno, y les dicen que es inadmisible, que necesitan ayudas y bla, bla, bla. Y el Gobierno de Progreso, dialoga, charla, interacciona de manera positiva.

En cambio estos días hemos contemplado impávidos la huelga del Metal en Cádiz. Los trabajadores solicitaban un magro 3% entre pitos y flautas, por resumir, que se ha quedado tras días de conflicto, tanques de la policía, cargas y descargas, y chuleo negociativo, en un 2%. O sea, que cuando toque en 2023, más o menos, el trabajador va a ver que en lugar de 1000 euros, le van a pagar 1020 euros. Y a cascarla. Eso es una tragedia para el empresario que tenga 100 trabajadores, porque le escuecen esos dos mil euros que tendrá que apoquinar a fin de mes, ya que tendrá que sacarlos de los 10.000 o 15.000 que se saca limpiamente vendiendo cables, tuberías, ferralla, o tornillos en función de la demanda. O de alguna subvención de la Unión Europea.

¿No es llamativo que cuando los señoritos se rebrincan, el Gobierno monte desayunos y almuerzos de trabajo, y que cuando los trabajadores piden recuperar algo de capacidad de consumo, les manden a la caballería con todos sus avíos?

Pues esta es la tragedia: la patronal ha declarado en estos días que sus empresas estaban en riesgo de desaparición si perdían «competitividad». O sea, que ser competitivos equivale a pagar sueldos de miseria, con jornadas extenuantes, si es posible con salarios por debajo de convenio, y haciendo horas extras no computables…, en la provincia con la tasa de desempleo más elevada del planeta. Pues vaya mierda de competitividad.

Lo que sí queda claro, es que la patronal no tiene reparos en defender sus intereses y beneficios con uñas y dientes, caiga quien caiga. Queda diáfano que los gobernantes acuden prestos a su auxilio. Y la lección es que los y las trabajadores y trabajadoras no tienen otra opción que tomar ejemplo, y defender sus intereses que no son otros que estos: organizarse sindicalmente, tomar el camino de la Directa, y ganar mucho más, trabajando muchísimo menos. Para que cambie el discurso, y empecemos también nosotros, a ser competitivos.

La Coordinadora de Artes Escénicas denuncia las graves irregularidades en una producción de Bollywood que rodaba en Barcelona y Valencia

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La Coordinadora de Artes Escénicas de CNT tuvo noticia de que una productora de Bollywood estaba rodando una película en España sin dar de alta a los figurantes con los que estaba trabajando. Ante la gravedad de estos hechos y la cantidad de personas a las que afecta, decidieron personase en el rodaje y denunciar a la Inspección de Trabajo lo que estaba ocurriendo, cuya unidad de guardia intervino justo al final de una jornada de grabación.

España se está convirtiendo cada vez más en un lugar muy atractivo para las producciones cinematográficas extranjeras. Las apuestas que desde las administraciones se hacen para reducir la fiscalidad a las productoras, la versatilidad de nuestros paisajes, pueblos y ciudades y la profesionalidad de las personas que trabajan en el sector hacen que sea el lugar idóneo para multitud de producciones. Sin embargo, esta bonanza va acompañada de abusos e incumplimiento de los convenios y las leyes laborales del país.

A finales de septiembre comienzan a aparecer ofertas de trabajo para una película de Bollywood en los grupos de redes sociales por los que habitualmente se solicita figuración. En la Coordinadora estuvimos pendientes de las ofertas que se publicaban, no viendo nada extraño en un principio. Fue más tarde cuando varios figurantes de Barcelona nos alertan de lo que sospechábamos, no estaban haciendo contrato ni dando de alta en la Seguridad Social. Además se estaban produciendo jornadas de rodaje de hasta 12 horas por una cantidad, pagada en negro, inferior a lo establecido en el convenio colectivo estatal.

Tras ponernos en contacto con la Inspección de Trabajo de la Generalitat de Catalunya, tratamos de seguirles la pista para poder enviar a los inspectores a la localización del rodaje, pero los tiempos de la administración son más lentos que los del sector, que se caracteriza precisamente por la inmediatez de las convocatorias, la corta duración de los trabajos y la elevada movilidad de los rodajes cambiando de una localización a otra. A pesar de los contactos con la Inspección e incluso con la Guardia Urbana de L’Hospitalet de Llobregat, no conseguimos pillarles in fraganti. Pero la información no dejaba de fluir.

Tras hacer un llamamiento a toda la figuración a colaborar con el sindicato nos llega la información de que el rodaje se traslada a Valencia, de modo que avisamos a la figuración valenciana de lo que está ocurriendo y les pedimos que nos informen de todo o que vayan averiguando. De este modo, los propios compañeros y compañeras figurantes nos fueron indicando los horarios y localizaciones de los distintos días de rodaje.

Nuevamente la inmediatez de la información no permite a la Inspección de Trabajo poder organizar una actuación, pero nos dicen que pongamos la denuncia. Tras hacerlo, tomamos la iniciativa y nos presentamos en el rodaje solicitando que acuda la policía para que levantase acta para adjuntar a la denuncia.

Cuando llegaron, gran parte de la figuración ya había sido liberada y se había marchado, solo quedaban un grupo de bailarinas que, oh sorpresa, estaban trabajando también sin dar de alta y por condiciones muy inferiores a las establecidas en el convenio de actores/actrices para el cuerpo de baile. Ante la cantidad de personas involucradas y las declaraciones del empresario a las preguntas que les hizo la policía bajo nuestro asesoramiento, decidieron solicitar la asistencia de la unidad de guardia de la Inspección de Trabajo, que finalmente acudió y se hizo eco de la denuncia presentada por la CNT.

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https://madrid.cnt.es/…/artes-escenicas-barcelona…/…

Sindicalismo y juventud: el problema no es la conciencia, es la confianza

bolinches_sind2El número de jóvenes afiliados a sindicatos continúa siendo bajo: el discurso antisindicalista, la atomización del trabajo y la incapacidad de adaptación al nuevo contexto laboral por parte de las centrales tradicionales ha llevado a la gente joven a organizarse de otras maneras.

Antonio Ruiz, asesor jurídico y sindical de la CNT València, pone el foco sin embargo en otra cuestión alrededor de la desafección sindical: lamenta que exista una “generalización del sindicalismo como algo que funciona idénticamente en todos los sindicatos”, cuando la normativa del país permite un modelo dual.

Aquí puedes ver el articulo completo

https://www.elsaltodiario.com/…/sindicalismo-juventud…

25N. No son solo las asesinadas

No son solo las asesinadas, aunque son importantes y hoy toque recuento. Es que cada prostíbulo tolerado me mata un poco; nos mata a todas, a las de dentro y a las de fuera. Nos matan los que se lucran con la explotación de nuestros cuerpos.
No son solo las asesinadas, a pesar de que la fecha obligue al homenaje. Es que cada salario miserable tolerado cuando trabajo como cajera, peluquera, gerocultora, limpiadora, camarera, cocinera y niñera me mata un poco a mí y a todas las demás. Cada convenio laboral que no se cumple nos mata progresivamente. Cada sentencia judicial postergada nos mata poco a poco.
No son solo las asesinadas, aunque sean protagonistas en el inventario de las violencias. Es que cada imagen de mujer que cosifique, humillando o exaltando, tanto da, nos mata un poco a cada una y a todas a la vez. Es que cada manual escolar que niega a mis antepasadas las mata a ellas, a mí y a todas.
Es que cada muchacha anoréxica nos afecta a todas y a todos, por más que insistamos en mirar hacia otro lado. Cada ansiolítico recetado para calmar malestares que produce el sistema político y económico nos cierra la boca violentamente a todas.
Es que cada tratamiento sofisticado que se idea y financia para promocionar la maternidad al tiempo que se ignoran otras necesidades más imperiosas nos maltrata a todas, y a todos.
No son solo las asesinadas, aunque hoy sea día de minutos de silencio, de manifestación bulliciosa o de sentidas lágrimas. Es que no paran de destinar buenas palabras y dinero a lograr la igualdad y, sin embargo, la pobreza extrema, hoy más que nunca, sigue teniendo rostro femenino: uno cruel, sin maquillaje posible o sutilmente retocado con limosnas públicas y privadas. No hay carmín ni organización no gubernamental que pueda embellecer las cifras de la pobreza de las mujeres. No hay institutos de color malva ni se ha inventado el rímel que pueda disfrazar el modo en que nos vemos obligadas a la doble jornada, a veces triple, y a vender nuestros cuerpos, por partes o íntegramente. No hay tesis doctoral que resuelva cómo encubrimos las mujeres la falta de techo inmersas en relaciones que nos ahogan. Eso es la violencia. Esas son las violencias que sin lluvia ni abono germinan engordando las listas de asesinadas hasta tallas insospechadas.
Cada nuevo proyecto aspirante a corregir estas cercanas realidades vuelve a decirnos cómo hemos de ser mujeres, y qué debemos hacer para estar a la altura de las circunstancias. Eso es lo que nos mata poco a poco llevándonos al inventario de asesinadas: la falta de autonomía material, a la que se suma una enmascarada falta de autonomía moral. Nos sobran agentes, instituciones y elementos tutorizantes que nos indiquen los buenos caminos. No necesitamos que nos digan cuánto debemos pesar, cómo debemos vestir y hablar, dónde tenemos que solicitar ayudas, qué parte del cuerpo podemos retocar o cuándo podemos abortar. Porque decirnos el peso óptimo, la largura de la melena, de las pestañas, del tacón y de la falda, cómo intervenir nuestros cuerpos infértiles para ser madres u obligarnos a vivir la maternidad cuando no la deseamos son violencias. Son violencias toleradas e importantes. Son violencias que nos matan día a día: a las de dentro y a todas las demás. Son violencias que nos matan a nosotras y a todos los que nos rodean.