Represión sindical en el siglo XXI: el ejemplo extremeño
Cuando la represión sindical parecía cosa del pasado o de dictaduras capitalistas , esta está más presente que nunca en España.
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Sin subvenciones ni liberados
Que no se nos olvide los orígenes del 8 de Marzo.
El 8 de Marzo nació, con varios intentos anteriores, como día de lucha de las mujeres del mundo, en 1910. Por un lado, fue la respuesta coordinada de las ligas, las asociaciones y congresos de mujeres ante la explotación que sufrían las obreras en las fábricas textiles, que ardían cada poco, quemando a cientos de trabajadoras en su interior. Exigían la abolición del capitalismo.
De otro lado, luchaban por “la libertad y la paz mundial, por la eliminación del militarismo y de los ejércitos existentes”, buscando nuevas formas de acción ante el imperialismo existente. Nuestras pioneras hablaban de “la patria universal”, de “la abolición de las fronteras”. En un periódico feminista pionero, ‘La Conciencia Libre’ escribían “¿Es delito no amar las fronteras? Me declaro delincuente. ¿Es crimen odiar las armas de destrucción? Soy criminal. Lo tenían muy claro, “ninguna guerra se justifica si no es con el propósito de derrocar el sistema capitalista y establecer el control industrial de la clase trabajadora”. Ha pasado más de un siglo y la vigencia de las aspiraciones originarias del 8 de Marzo siguen muy vigentes.
¡No a las guerras! ¡No a los ejércitos! ¡No a las fronteras! ¡No a las industrias bélicas que alientan los conflictos bélicos!
Extraído de ‘Rebeldes periféricas del siglo XIX’.
Texto de @ana Muiña Fernández editora de La Linterna Sorda
Luchemos por una verdadera #IgualdadReal hoy y siempre
Ante la agresión militar que se vive en Ucrania, desde CNT emitimos la siguiente declaración:
Hace unos días señalábamos que el conflicto interestatal creado y sostenido en el este europeo responde únicamente a los intereses de las minorías que controlan los recursos. En este desgraciado baile belicista se mezclan las amenazas de la OTAN, la movilización militar rusa al interior de Ucrania y tras las cortinas, China, la UE y EEUU, que hostiga, pero no sufre las consecuencias en su suelo.
Ya veíamos cómo la vida se encarecía, mientras las oligarquías internacionales disputaban su hegemonía y ahora, además, la clase trabajadora europea entera, no sólo somos sus rehenes económicos, sino las víctimas físicas del militarismo rampante.
Los Estados, al servicio de la oligarquía, disparan y nosotras siempre tenemos que perder, gane quien gane.
Que el conflicto en Ucrania haya subido de nivel producirá más muerte y miseria, pero no sólo en esa tierra, sino en toda Europa, porque la mayor inversión en gastos militares reducirá la financiación de las necesidades básicas, como sanidad, educación, pensiones, energía, transporte,…. que también se cobrará vidas y calidad de vida.
No son menos fascistas unos que otros, no nos equivoquemos. Todos subyugan, coaccionan y explotan
Exigimos la desaparición de las organizaciones militares que crean inseguridad a la población y el desmantelamiento de sus estructuras.
Invitamos a la clase trabajadora a organizarse contra el militarismo y por la desaparición de todas las organizaciones militares del mundo.
La guerra no es contra Ucrania, es contra la clase trabajadora.
Gane quien gane, tú pierdes.
La clase trabajadora debe decir: ¡No a la guerra!