PERIODICO CNT Nº 428 JULIO – SEPTIEMBRE 2021

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Tenemos ya en el sindicato el nuevo número del periódico CNT, el 428 de Julio a Septiembre de 2021.

En este número, el dossier trata sobre Acción social y Solidaridad, con artículos sobre Espacios autónomos de Carlos Taibo, La Carta Social Europea, de Laura López, el Ingreso Mínimo Vital por Eva Peña, Derecho a la escolarización de Cristina Cobo, etc. Pandemia y crisis de cuidados, Travesía zapatista por la vida, Historia de la FAI por Julián Vadillo, etc.

A nivel sindical, con reportajes sobre la huelga en el Grupo Alonso, en los puertos de Valencia y Sagunto, la lucha por la hostelería digna en Xixón, sindicalismo en Mediapro, Hispánica de limpiezas, SA. etc.

Todo esto y más en 32 páginas a color que puedes conseguir en la calle San Roque 7 bajo, barrio del Raval.

No te quedes sin tu número.

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MANIFESTACIÓN LA SUIZA – XIXON

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Manifestación en Gijón en apoyo de las sindicalistas condenadas

Más de dos millares de personas se manifiestan en Gijón para pedir la absolución de la CNT y de los 7 sindicalistas condenados por el conflicto con la pastelería La Suiza.

 

Más de 2.000 personas se manifestaron en Gijón este sábado en respuesta a la condena de 7 sindicalistas a 3 años y medio de prisión cada uno por el conflicto sindical que hubo entre la CNT de Gijón y la pastelería La suiza. Los manifestantes recorrieron las calles de Gijón al grito de “CNT Xixón Absolución” y “Absolución condenados por luchar”. En el acto de protesta participaron más de 50 colectivos, entre los que se encontraban partidos políticos, asociaciones vecinales, organizaciones feministas y sindicatos. La marcha, que salió de la Plaza del Humedal finalizó en la Plaza del Parchís con un acto en el que algunas de las personas condenadas explicaron que el conflicto entre la CNT y la pastelería la Suiza se inició por la doble explotación laboral y de género que sufría la trabajadora de dicho comercio. También se dio las gracias por la masiva muestra de apoyo que según las condenadas les hacía “sentir enormemente arropadas”.

El sindicato CNT ha recurrido jurídicamente la sentencia y sus abogados afirman que llegarán hasta las instancias más altas para demostrar la inocencia de las sindicalistas imputadas. La organización también destacó que esta jornada demuestra que el conflicto se ha socializado y dio las gracias por las muestras de solidaridad que les han llegado tanto de Asturias como del resto del territorio español e incluso de algunas organizaciones y colectivos internacionales.

CONDENADOS POR «LA SUIZA»: CULPABLES Y ORGULLOSOS

«En el fondo es muy sencillo: No soportamos las injusticias de este mundo y a los cabrones que las provocan»

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Por Héctor González

7 de julio 2021

Quisiera aprovechar el espacio que me brinda Nortes para hacer, una confesión pública y personal, pero que comparten el resto de condenados del “caso de La Suiza” y miles de personas más a lo largo de todo el país. Mis compañeros y yo nos consideramos culpables y nos mostramos orgullosos de ello. Tremendamente orgullosos. Culpables, pero no de los delitos por los que nos han condenado, de esos somos completamente inocentes y huelga decir nada más.

En este mundo existen demasiadas desgracias y demasiadas injusticias fruto de un sistema basado en la explotación y la opresión. Injusticias y desgracias muy cercanas, cosas tan sencillas como no poder pagar un alquiler, la luz, el gas, el agua o la comida. Dicho así queda un tanto abstracto, pero la traslación a la realidad es sencilla: si no pagas el alquiler te vas a la calle (a dormir a un cajero), si no pagas luz no puedes usar el microondas, si no lo haces con el gas no puedes tener agua caliente, si no abonas el agua no te puedes lavar y si no tienes dinero para comer, te mueres. Sencillo. A veces se nos olvida, o quizá nos pasa desapercibido, pero estas situaciones son muy comunes. Se dan en nuestras familias, amistades y vecinos.

Aunque parece que se empeñan, no nos dejan vivir sin trabajar, claro que generalmente tampoco nos dejan trabajar para vivir (dignamente), sino que aprovechándose de las necesidades, las empresas tienden exprimir y precarizar las condiciones laborales al máximo. ¿Cómo? Las hay que te aseguran menos horas de las que trabajas, otras te obligan a trabajar de más (muchas sin cobrarlo), no respetan los descansos, vacaciones, pluses, ignoran las medidas de seguridad y salud laboral… y algunas, no pocas, incluso te roban abiertamente de la nómina. Por supuesto, también se dan casos de acoso. Esto ocurre en todo tipo de empresas, grandes, pequeñas, públicas o privadas… la patronal es más transversal que Íñigo Errejón.

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Ante estas situaciones uno puede adoptar varias posiciones: mirar para otro lado, quejarse o afrontarlas. No somos todos los que debiéramos, pero somos un buen puñado los que decidimos denunciar y combatir estos abusos, ya sean en Alcoa, Alsa, Glovo… o La Suiza.

La razón es muy sencilla: no nos cuece en el papu que en este mundo existan injusticias tan flagrantes como que a alguien no le paguen por hacer su trabajo, que falten medidas de seguridad, que no se respeten las leyes laborales o que se acose abusando de posiciones de poder. Sobre todo porque la culpa no es soltera sino existen responsables y culpables directos a los que poner cara. Siempre y en todos los casos.

No hacen falta demasiadas reflexiones y elucubraciones para posicionarse y actuar al respecto. El razonamiento es bien sencillo: siempre con el de abajo y a funcionar: organizar, denunciar y pelear. Pelear, denunciar y organizar. Da igual el caso y el escenario porque lo que es justo es justo y merece ser defendido y lo que es injusto es injusto y merece ser denunciado con insistencia y constancia.

Todos hemos perdido ya la cuenta de la cantidad de conflictos y peleas en las que nos hemos visto involucrados y la cantidad de frustraciones que nos ha tocado gestionar por tener que llegar a un arreglo injusto, en el que alguien tenía que renunciar a parte de lo que era suyo por falta de posibilidades de sacarlo adelante sindical o judicialmente. La cantidad de veces que alguien fue despedido y no se pudo lograr una reincorporación, la cantidad de dinero adeudado que no se logró que la empresa abonase, la cantidad de veces que alguien tuvo que pedir ayuda para comer o pagar un alquiler… Hemos perdido la cuenta los condenados en el “caso de la Suiza” y otros tantos miles de personas en este país.

No podemos recordar la cantidad de veces que hemos tenido que ir a declarar a un juzgado. No es un farol. La cantidad de veces que los empresarios o sus amiguinos nos han insultado e intentado agredir. La cantidad de veces que nos han dicho de todo. También, para qué negarlo, la cantidad de veces que nos hemos despachado a gusto, con empresas grandes y pequeñas, y en las que hemos visto como auténticos sinvergüenzas se venían abajo… Hemos perdido la cuenta los condenados en el “caso de la Suiza” y otros tantos miles de personas en este país.

En definitiva, los condenados en el “caso de la Suiza” y otros tantos miles de personas en este país somos culpables de todo lo que he expuesto en las líneas previas. No soportamos las injusticias de este mundo y a los cabrones que las provocan. Nos ponemos del lado del más débil sin necesidad de pensarlo demasiado y siempre procuramos que los abusos tengan por respuesta la acción colectiva y que ésta sea contundente.

Culpables, también, de pasar asesorías, constituir secciones sindicales, denunciar irregularidades, de negociar con explotadores y acosadores, de organizar manifestaciones, de pegar carteles, repartir folletos, colocar pancartas y un largo etcétera. Culpables somos los condenados en el “caso de la Suiza” y otros tantos miles de personas en este país porque al fin y al cabo, de eso trata esta sentencia, de condenar a unos, pero hacerlo para todos. Se trata de enjuiciar y condenar al sindicalismo.

Pero hay que reconocer que junto a la frustración y a la mala hostia que todo esto nos genera, también crece otro sentimiento: el orgullo, el tremendo orgullo de ser culpables y de tener decidido que vamos a seguir siéndolo durante mucho tiempo. El orgullo que siente todo aquel que dedica amplios esfuerzos a combatir las injusticias de este mundo. Nos sentimos orgullosos de ser culpables. De ser inocentes no podríamos mirarnos en el espejo.

https://www.nortes.me/2021/07/07/condenados-por-la-suiza-culpables-y-orgullosos/

CNT XIXON – NO SOMOS DELINCUENTES, SOMOS TRABAJADORAS

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No somos delincuentes, somos trabajadoras
Ante las desproporcionadas condenas a ocho compañeras por el conflicto sindical entre la CNT y La Suiza, las organizaciones firmantes llamamos al pueblo de Asturias a responder arropando a las compañeras en la manifestación que partirá de la Plz. Del Humedal el 10 de Julio a las 12:30

#CNTXixónAbsolución

#solidaridadCNTXixón

Esta es una historia antigua, tanto como la explotación: es la historia del patriarcado. Esta es la historia de una mujer con miedo. Con miedo a ir a trabajar, con miedo a la precariedad, con miedo al futuro de su familia si daba un paso adelante, con miedo a que la sociedad la juzgara. Esta es la historia de una mujer valiente que a pesar de todas las voces que querían intimidarla estuvo dispuesta a contar su verdad. Es la historia de una mujer que ya no quiso seguir viviendo con miedo.

Esta es la historia de las compañeras que estuvieron dispuestas a creerla, a arroparla, a decirle que no estaba sola y que la iban a acompañar. Esta es la historia de los sanos hijos del patriarcado que vieron temblar sus privilegios y pusieron en marcha los resortes del sistema. Esta es la historia de la sororidad entre mujeres y entre la clase trabajadora. Esta es la historia de las que se organizaron contra la explotación en la hostelería y el comercio. Esta es la historia de cómo el sistema condenó y encarceló a quien se atrevió a alzar la voz.

Esta es la historia de quienes salieron a la calle a reivindicar porque se cansaron de ver que «el sistema» las olvidaba. Y durante un tiempo en las calles de Xixón se sabía que había un sindicato de iguales que entendía tu situación, que tejía redes, que te apoyaba y te amparaba. Molestaba, claro que molestaba. Molestaba a los empresarios y también a las fuerzas represivas del Estado, que para eso están, para desmontar los movimientos sociales, para imponer la paz de los que mandan. Para guardar los silencios de los poderosos.

Esta es la historia de cómo se usó la precariedad y la desprotección de una trabajadora para crear un relato que infundiera miedo a sus iguales. Esta es la historia de la Represión. Así empezaron las detenciones irregulares y el hostigamiento. Y así las sacaron de sus casas, las detuvieron con una única intención: se acabó la lucha en la calle. Pero resultó que no eran sus casas, ni sus calles, ni sus cuerpos. Resultó que enfrente se encontraron con todas las compañeras que no estaban dispuestas a abandonar. Resultó que enfrente se encontraron a un sindicato que no estaba dispuesto a poner precio a la dignidad de sus compañeras. Resultó que enfrente solo se pedía el cumplimiento de SU ley: que se cumplan los convenios y se respeten nuestros derechos.

Más de treinta personas hemos sido llamadas a declarar, hemos sido absueltas de infinidad de denuncias presentadas durante los últimos años, absueltas también de injurias, calumnias, suplantación de identidad, falsas denuncias… delitos que dieron origen a la querella y desaparecen ahora por arte de magia.

Sin embargo, las siete elegidas nos enfrentamos a penas de tres años y medio de cárcel y una multa que ronda los 150 000 euros. No hemos robado a nadie, no hemos asaltado con fuerza, no hemos violado, no hemos pegado a nuestro vecino ni hemos usurpado objetos sagrados. Solo hemos dicho NO a los sanos comportamientos del patriarcado. Y por ello quieren condenarnos a galeras.

No les entra en la cabeza que las mujeres trabajadoras tengamos derechos. Y es por ello por lo que tras armar un caso sin ninguna consistencia pretenden amilanar nuestra solidaridad. El mero hecho de hacer sindicalismo para defendernos como trabajadoras es interpretado por la justicia, los policías y los empresarios como delincuencia.

Si nos condenan a galeras, remaremos. Pero no remaremos para mover sus barcos de guerra, no remaremos para atemorizar a otras poblaciones, no remaremos para que otras se enriquezcan. Remaremos para que cada persona pueda vivir en condiciones dignas, donde no haya trabajos precarios, donde se pueda conciliar la vida familiar y la laboral, donde haya justicia para nuestra clase.

No somos las únicas. Trabajadores de ALSA, EBHI, TUA, VAUSTE están imputados policialmente a la espera de condenas penales por luchar contra la precariadad, los despidos los ERES etc…

¿Cuántas veces dirías: «¿Hay que moverse, no se puede tolerar esto…»? Pues es la hora de remar juntas y el remo de las trabajadoras es la solidaridad. Si los de arriba solo entienden de dinero y poder y no tienen escrúpulos, demostremos que a nosotras nos mueve la dignidad, el apoyo mutuo y la justicia social. El día 10 tienes una cita inexcusable.

¡Por nosotras, Por todas!

CNT, CCOO Asturies, CSI, CGT, SUATEA, CS La Semiente, CS La Xusticia, CS L’apiaderu, CS La LLume, Llar El Mataderu, Llar La Llegra, Milenta Muyeres, Les Rudes, Fuerza Muyer, Muyeres Rurales del Oriente d’Asturies, Feminismos polos DDHH, Bloque Críticu Asturies, Comité d’Asturies pola Amnistía, Coordinadora en defensa de las pensiones Asturias, Ecoloxistes n’Aición d’Asturies, Podemos Asturies, IU Asturies, PCA, PCTE, CJC, Andecha Astur, Anticapitalistes, FSOA, FSOF, La Rede Xixón Oeste, Grupo Higinio Carrocera FAI, Sindicato d’Estudiantes, Libres y Combativas, Izquierda Revolucionaria, Sindicalistas de Izquierda, Kellys Unión Asturias, Asturies feminista 8M, Coru Antifascista Al Altu la Lleva, AMA Asturies, La Federacion Asturiana Memoria y Republica (Famyr), Pachakuti, CSA La Kuadra, Asturias Socialista, Tiempo de Cerezas, Organizacion de Mujeres de la Conferencia Intersindical, Fundación Andreu Nin de Asturies, Movimiento Pensionista de Siero, Asociación de Pensionistas de Gijón y Güesperon.
 
Para sumarse a la convocatoria escribir a: gijon@cnt.es

 

http://gijon.cnt.es/2021/06/29/somos_trabayadoras/