“Algún día hemos dicho en otra parte que la misión de la mujer no es pedir leyes, sino romper todos los decálogos. Crear una vida nueva y libre. Hacia arriba siempre. Nuestro puesto, como oprimidas, al lado de los oprimidos, y lo que podamos tomar o crear por nosotras mismas no esperarlo, como merced, de nadie.”- Lucía Sánchez Saornil. Mujeres Libres.
Querida compañera, tomamos las calles una vez más siendo conscientes de que el sistema patriarcal y burgués nos pone sobre los hombros el peso del mundo y de los cuidados. Desde que el
Patriarcado empezó a andar, se nos ha impuesto esta división sexual del trabajo como condena de la que parece que no podemos salir jamás bien paradas. En un sistema que nos castiga a las que intentamos salir de sus garras y a las que silencia y asfixia hasta la saciedad.
Entiendo, compañera, tú desazón cuándo expones la explotación sexual, reproductiva y laboral que vivimos, cuándo reivindicas que la maternidad debe ser deseada, cuándo gritas y lloras por nuestras muertas que nos arrancan de este mundo, cuándo denuncias nuestra precarización laboral o cuándo te revuelves de nuestra impuesta sumisión. Especialmente cuando parece que tu voz pasa desapercibida para todo el mundo. Cuándo nadie más acude a descargarnos de las opresiones para avanzar hacia la tan ansiada libertad.
No te voy a negar, compañera, que es desalentador ver cómo el Gobierno más feminista y progresista de la democracia nos impone una reforma laboral que no cambia en nada nuestra situación laboral, no llega la abolición de una práctica tan patriarcal cómo es la prostitución o nos encarcela y expulsa a nuestras compañeras migrantes y más vulnerables por no ajustarte a los estándares de este sistema burgués imperante. El cómo silencia e invisibiliza la lucha de las compañeras cuándo no les interesa. ¿Dónde ha quedado el sin nosotras se para el mundo? ¿Dónde ha quedado el llamamiento a las huelgas generales feministas?¡Desde aquí gritamos por la absolución de nuestras compañeras de La Suiza!
Entiendo tu cansancio pero te lo recuerdo, aunque luches en el Kurdistán, en Bangladesh o en plena Europa que si las fuerzas te fallan, nos tienes a las demás a tu lado luchando por nuestra
emancipación. Como escribió Peggy Kornegger: “Desafiar el sexismo significa desafiar toda jerarquía social, económica y personal.” No es fácil, pero estamos bien organizadas para hacer frente a esta desigualdad y vivir vidas dignas, compañera.
Te pido compañera, que este 8 de Marzo, cuando te entre la desesperanza por ver cómo las instituciones del Estado nos instrumentalizan para sus fines interesados, recuerdes nuestra
genealogía. Recuerdes que han sido las mujeres obreras (tanto con la huelga textil en Nueva York en 1908, como la huelga de las mujeres rusas contra la guerra en 1917) que nos han precedido las que han hecho que un día como hoy, el Día de la Mujer Trabajadora, sea un día de lucha para la mejora de nuestras condiciones de vida. Te pido que recuerdes, por ejemplo, a nuestra organización Mujeres Libres, quiénes demostraron que la lucha organizada de las mujeres por nuestra propia libertad puede ser la más bonita de las revoluciones.
¡Porque sólo las mujeres, salvarán a las mujeres!
Maria. Afiliada a CNT Crevillent